Escribir Cartas
Comunicarnos

Allí estabas

Copied

"¡Deje de buscar!" Eso era lo que todo el mundo me decía. Por lo tanto, deje de buscar. Y el día que fui al centro comercial, y tú eras la vendedora, tenías la sonrisa más dulce que jamás había visto complementada por ojos tan bellos. Mi corazón se saltó un latido. No pude normalizar mi respiración, y la única cosa que realmente pude decir fue,"Muchas gracias pero no busco nada en particular." Yo quería decir mucho más que eso. Quería mirarte directamente a los ojos y hablarte a tu corazón, pero estaba muy nervioso, tan nervioso que solo quería irme. Pero me quedé; me ayudaste tanto y fuiste tan sincera con los cumplidos que me diste.

Mi mente trabajaba duro para pensar en maneras ingenuas para invitarte a salir. Pero estaba preocupado por ser rechazado de nuevo. Cuando me fui, no sentí paz. Quería regresar corriendo y preguntarte si querías salir a cenar. Mi corazón estaba tratando de traer a mi cuerpo de vuelta a la tienda, pero lo que seguía pasando era que mi mente se ponía a cargo, moviendo un pie delante del otro, caminando por el centro comercial sin rumbo, pensando en lo que podría decirte y pidiéndole a Dios que me diera las palabras adecuadas que decirte.

De repente, tuve una explosión de confianza, y repasé las palabras una y otra vez en mi cabeza. Decidí regresar de nuevo, y me dije a mi mismo, "Si ella está sola, será una señal que deberías ir a hablar con ella." Así que, mientras pasé por enfrente de la tienda, allí estabas, parada sola, justo en frente de la caja registradora. Pero mi mente se puso cargo de nuevo y me fui del centro comercial a mi coche.

Pensé que era un idiota y empecé a imaginarme diferentes escenarios de ser rechazado o aceptado. Al regresar al trabajo, no podía pensar en nada que no fueras tú. Así que, con toda mi seguridad, le pedí a Dios que cerrara todas las puertas, que quitara todas las distracciones y cualquier otra cosa que no viniera de él. Y así lo hizo.

Después del trabajo, regresé al centro comercial, y una vez más tuve la experiencia de conocerte, ver tu hermosa sonrisa con esos ojos hermosos y tu dulce voz. Caminé con prisa por el centro comercial y en tu tienda cuando te vi salir--sabía que era una señal de que tú eras del cielo.

Así que me encontré contigo, estaba tan nervioso, y sin poder respirar dije, "Sé que esto debe ser sorprendente, pero ¿te gustaría ir a comer una hamburguesa?" Y, con una voz angelical, tu respuesta fue, "¡Sí!" mi corazón comenzó a latir, y mariposas revoloteaban en mi estómago. Alegría llenó mi corazón. Quería bailar como un niño, pero no podía moverme. Lo único que pude sentir fue mi corazón palpitante.

Gracias por el gran tiempo que pasamos. Espero poder verte de nuevo muy pronto.